OPINIÓN: Personas en Situación de calle, Un trabajo por la vida y la dignidad

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Por: Carlos Carreño, director Serpaj  Maule

 Estamos ad portas de iniciar una nueva etapa del Programa Noche Digna que comienza a mediados de mayo en nuestra región y donde Serpaj Maule se pone al servicio de quienes más lo requieren. Es ahora, más urgente que nunca, comprender que cuando hablamos de proteger a las personas en situaciones de calle (PSC), estamos velando por el cumplimiento del artículo 3 de la declaración universal de los Derechos Humanos que sostiene que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Es decir, los mínimos con los que se debe contar para pararse frente al mundo como sujeto de derechos.

Pero claramente no basta sólo con reducir los números de muertes a nivel regional o nacional de las PSC a causa de la hipotermia o la inseguridad. Es necesario realizar un acompañamiento profundo con apoyo psico-socio-laboral y prepararlos para una inserción permanente en la vida social. Ese ha sido nuestro enfoque en estos cuatro años de trabajo que como Serpaj Maule hemos desarrollado en  Curicó, Talca y Parral.

Desde el año 2012, a través del financiamiento del Ministerio de Desarrollo Social, ejecutamos el programa “Noche Digna” para Curicó y Talca, permitiendo a través de albergues y Rutas calle asistir a más de 1500 personas en 4 años de intervención, entregándoles comida, abrigo y una atención oportuna en los meses más fríos del año. Pero nuestro trabajo no queda allí, sino que a la fecha contamos con 6 programas estables, tanto de adultos como niños,  donde los principales componente son el apoyo psico-socio-laboral y ser un lugar de acogida y acompañamiento en necesidades básicas como educación, reingreso familiar, entre otros.

Sabemos que nuestro trabajo no está exento de críticas y contradicciones. Es así como hemos logrado darle un vuelco al “asistencialismo”, tornándolo una palabra necesaria para la protección de la vida, principal Derecho Humano de toda persona. Creemos que con el apoyo de estos programas se supera la visión de “asistencialismo puro” al tratar a las PSC como personas integrales, con multiplicidad de necesidades que requieren superarse. Lo anterior en concordancia con nuestra misión institucional: “Trabajar por los marginados, empobrecidos y violentados” y podríamos agregar, por los invisibilizados que, aparte de sufrir por la problemática de calle, literalmente no son vistos por la sociedad.

Nuestra intención es evidenciar la responsabilidad social y estatal en la prevención de estas injusticias, y que, en un futuro, estos programas no sean necesarios para proteger a tantas personas que viven en las calles de todo el país. Que en un futuro se pudieran invertir más recursos en programas estables de apoyo psicosocial y laboral con el fin de dignificar y favorecer la integración social necesaria para que exista una verdadera justicia social.

Mientras ello ocurre, nuestra vocación de servicio estará más presente que nunca para trabajar por los invisibilizados de la sociedad. Luego de cuatro años, nuestras manos y voluntades siguen disponibles para acompañar a  las personas de nuestra región.